miércoles, 20 de febrero de 2008

LA IMPORTANCIA DE LA PEDAGOGÍA EN LOS PROCESOS DE ENSEÑANZA PARA EL APRENDIZAJE ABIERTO Y FLEXIBLE

Gabriel de la Mora, en el prólogo del libro Didáctica Magna[1], dice que antes de Comenio, el ser pedagogo se consideraba como una injuria, debido a que la función del instructor era cuidar a los niños, llevarlos y traerlos a los diferentes lugares, y enseñarles ciertas cosas básicas a través de la memorización. En ese entonces, las personas que ejercían la pedagogía eran aquellos que habían fracasado en el intento de ser profesionales y de llegar a ser alguien en la vida. Comenio logró convertir la enseñanza de los niños en una ciencia, contribuyendo con el desarrollo de “una ciencia de la educación y una técnica de la enseñanza, como disciplinas autónomas”[2], por eso, Gabriel de la Mora también dice que después de Comenio, es un privilegio ser pedagogo y que la Didáctica Magna es “el primer manual de la técnica de la enseñanza, basada sobre principios científicos, que hacen de la educación una ciencia”.

En el capítulo XVI de la Didáctica Magna, llamado Requisitos generales para aprender y enseñar, Comenio expone unos fundamentos básicos que me parecen importantes tener en cuenta en el arte de enseñar. Dichos fundamentos son:

1. La naturaleza aprovecha el tiempo favorable. Basándose en la naturaleza, Comenio compara las estaciones con las etapas del ser humano, así, la primavera representa la niñez, el estío a la juventud, el otoño a la virilidad, y el invierno a la vejez. De esta forma, se debe aprovechar la niñez para iniciar la formación del hombre; también hay que tener en cuenta que el estudio se debe realizar en las horas de la mañana, pues ésta se parece a la primavera; y por último, el aprendizaje debe ser secuencial de acuerdo con la edad, de tal manera que al aprendiz “no se le proponga nada que no esté en condiciones de recibir”[3].

Desde el punto de vista de la educación virtual, en el que el estudiante es un adulto, quiero llamar la atención en cuanto a que el aprendizaje se debe presentar de manera secuencial, sin que con esto se pierda la flexibilidad. En otras palabras, el docente virtual debe planear el curso minuciosamente con el fin de no desorientar al alumno, presentando los objetivos, contenidos, metodología de trabajo, actividades, materiales y documentos de trabajo, fechas de entregas de actividades y de "encuentros", y por último, los criterios de evaluación.

2. La naturaleza prepara la materia antes de empezar a adaptarle la forma. Al igual que el ave que prepara su nido antes de poner los huevos, el docente debe preparar el material con el que va a enseñar. Aquí cabe preguntarnos, ¿si el docente no ha seleccionado el material necesario para su clase, cómo pretende darle orden a su curso?

Es fundamental, entonces, que el docente describa claramente los objetivos del curso y los articule con los contenidos y las actividades a realizar por el estudiante.
3. La naturaleza no da saltos, sino que procede gradualmente. Así como el ave, una vez nacido el polluelo, le da el alimento hasta que éste pueda valerse por sí mismo y le ejercita paso a paso hasta que pueda volar, el docente virtual debe preparar el camino hacia el conocimiento a través de las preguntas y las intervenciones oportunas en los foros, propiciando espacios para la reflexión, por parte de los estudiantes, en cada uno de los temas del curso. Además, debe guiar al estudiante para que, con base en lo ya conocido, pueda avanzar paso a paso en la adquisición de nuevos elementos que debe ir incorporando y relacionando entre sí, con el fin de facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

[1] COMENIO, Juan Amós. Didáctica Magna. México : Porrúa, 1998. 198 p.
[2] Idem. Prólogo, p. XXX.
[3] Idem. P. 63.

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